A punto de casarse, el novio de Quinita se fuga con otra mujer. Para hacerle olvidar el trance, su hermano Manrique la lleva de viaje a un balneario. Allí conocen a Eugenio, al cual urge casarse para acceder a una herencia. Eugenio y Quinita se atraen mutuamente, pero el joven, como todos los demás huéspedes, está convencido de que Quinita y Manrique son matrimonio.